Todavía intento escribir y no me resulta… pero creo que ya sé por qué es.

Primero creí que era un pánico escénico blogista… y que se me iba a pasar cuando lograra sacarme una piedrita que tenía en el zapato… pero no funcionó.

También pensé que era porque no me había pasado ninguna historia interesante que pudiera contar (o intentar) graciosamente. Pero una persona me dijo que a todo era posible encontrarle la parte anecdótica… y al final… le encontré la razón. Así que supuse que el punto es q no logro encontrarle el chiste a las cosas.

En un momento dije q no quería escribir un texto reflexivo porque a lo mejor no estoy pensando en nada. Y creo que ese es el punto. O sea… no es q no piense nada jaja… el punto es lo que pienso.

Bueno… aquí empieza el problema en mi escritura… no puedo escribir más.

No sé si el problema es que no quiero contarle a todo el mundo lo que pienso… o es que yo misma no quiero saber lo que estoy pensando.

Uno de los puntos parece ser que no quiero dejar de contar historias alegres y superficiales. Pero a la vez no puedo.

Creo que en eso se resume todo. Quiero hacer cosas que simplemente no puedo hacer… es algo que va más allá de mí. Las tengo ahí… al alcance de mi mano… y no las puedo alcanzar, mi mano no se mueve para tomarlas, de hecho, se esconde, y mi mente justifica que se haya escondido, le dice: “sí, está bien, eso es lo que tienes que hacer. Tienes que aprender de una vez por todas a hacer las cosas bien”.

Y yo no quiero hacer las cosas bien, tampoco mal, simplemente quiero hacer algo y tener la ilusión que puede terminar bien, pero tampoco quiero pensar eso, porque en el fondo no me quiero arriesgar a hacer algo que no resulte. Ufff! Que atao!!

Y veo las cosas que quiero en otras personas, pero cuando se acerca a mí… arranco!! Como si me diera alergia. Entonces me pongo a pensar… ¿qué quiero realmente? Y simplemente no hay respuesta.

Pienso: quiero esto… y mi mente arma 30 mil argumentos para convencerme de lo contrario. Entonces yo le digo… bueno, esto… y mi mente me convence con otros 20 mil argumentos más.

Y yo le digo… ¡¡¡entonces qué quieres!!!... y ella me dice… quedarme así… tranquilita

Y yo le digo que no me quiero quedar tranquilita… me aburro!!!

Pero a ella no le importa que me aburra… como al final es la que manda… porque hace que corra cuando no quiero correr y que me esconda cuando quiero gritar. Y yo le advierto… vamos a terminar deprimidas las dos… ¿qué va a pasar cuando tú ya no quieras estar tranquilita y no tengamos ninguna posibilidad de entretención porque arrancamos de todas?

Y ella se preocupa… pero parece que está paralizada… pero es que ha estado muy maltratada, nunca le hago caso! y ahora está haciendo valer sus derechos y me dice… ¡¡piensa lo que ha pasado cuando no me escuchaste!!

Y me acuerdo… tonz le digo… sí… yo sé que tienes razón. Y es verdad, tiene toda la razón y lo mejor es que le haga caso. Supongo que llegará un momento en que yo quiera algo y mi mente lo apruebe… y por fin deje de correr y arrancarme y pueda gritar y saltar por todos lados